Ese diferencial supone una rebaja de medio punto sobre junio y dos décimas sobre el más bajo del año, el 1,3 por cien registrado en enero.

No obstante, refleja también un empeoramiento de tres décimas sobre el mes de julio de 1991, cuando el diferencial con los demás países de la CE era del 0,8 por cien.

En relación a los países del Sistema Monetario Europeo, el dierencial es algo mayor, ya que se situó en el 1,6 por ciento en julio, el doble del 0,8 por cien registrado en el mismo mes del año pasado.

Asimismo, el diferencial con los tres países menos inflacionistas de la CE ascendía en el periodo de referencia al 2,6 por ciento, 1,1 puntos por encima del límite establecido como techo en el Tratado de Maastricht para el 1 de enero de 1997.

A lo largo del año, también han empeorado los precios relativos frente al conjunto de la OCDE, zona hacia la que se diige y de la que procede la práctica totalidad del comercio exterior español.

El diferencial se sitúa ahora en el 1,8 por ciento, ocho décimas por encima de diciembre del 91 y más de un punto por encima del registrado en el mismo mes del año pasado.

La inflación española se elevó respecto a los dos grandes países no comunitarios de la OCDE, Estados Unidos y Japón, al situarse en un 3,1 y un 3,8 por ciento.