Tanto desde los sindicatos como desde los empresarios reconocen abiertamente que la eventual rebaja de las cuotas sociales que abonan trabajadores y patronos ha sido "sacado" del diálogo social por parte del Ejecutivo, que no quiere poner en riesgo el cuadro macroeconómico previsto para 2001 con una rebaja de los ingresos por cotizaciones.

Los empresarios recuerdan que la rebaja de cuotas es una vieja pretensón a la que el Ejecutivo ha dado "largas" en los últimos años, a pesar de tener el compromiso de que se abordaría una vez alcanzado el superávit en la Seguridad Social, logrado ya en 1999, 2000 y, previsiblemente, en el 2001.

La patronal hace hincapié en que la rebaja de las cotizaciones sociales es una de las directrices que marca el Pacto de Toledo en su recomendación número ocho, como "elemento dinamizador del empleo", aunque con la salvaguarda de que se mantenga el equlibrio financiero del sistema

Por su parte, los sindicatos quieren que el superávit de la Seguridad Social en el 2001, que estiman en un billón de pesetas, se destine a mejorar las pensiones mínimas y dotar el fondo de reserva, y piensa que aún habría margen para rebajar las cotizaciones de los empresarios, siempre que eso vaya ligado a compromisos para crear empleo estable.

Según las centrales, el Gobierno ha sacrificado esos objetivos al logro del déficit cero y, además, tiene que hacer frente a una merma de recaudación de700.000 millones de pesetas por la última reforma del IRPF y al pago de unos 300.000 millones a los pensionistas por el desvío del IPC.

"El Gobierno ha sacado de la mesa de negociación la posibilidad de bajar las cotizaciones sociales y esto ha bloqueado el diálogo", insisten las fuentes sindicales.

Por eso, piden al Ejecutivo que desbloquee la mesa para la reforma de la Seguridad Social, -en la que están Ejecutivo, patronal y sindicatos-, lo que daría un impulso a las negociaciones para la refora laboral, puesto que los agentes sociales conocerían con exactitud la disponibilidad financiera con la que pueden jugar para acometer su reforma del mercado de trabajo.

De hecho, los sindicatos ya han planteado en la citada mesa que la separación de fuentes de la Seguridad Social se haga en 6 o 7 años, (a razón de 100.000 millones anuales), que al final de la legislatura el fondo de reserva cuente con una dotación de unos 600.000 millones -equivalente a una nómina mensual de pensiones- y que se mejorn las pensiones mínimas por encima del IPC. Después, quedaría para la negociación la cuestión de jubilaciones anticipadas y prejubilaciones y otros asuntos.

Mientras, en esta mesa, el Gobierno todavía no ha hecho pública su posición exacta, alegando que prefiere mantener las negociaciones en secreto, que era el compromiso inicial en la negociación tripartita.

SEMANA CLAVE

A pesar de los inconvenientes para lograr un acuerdo en el diálogo social, las negociaciones han entrado en una semana clave máxime ante la intención del Gobierno y de la patronal de alcanzar el consenso con rapidez, para que las mejoras tengan reflejo presupuestario.

Mañana, los empresarios responderán a la propuesta de los sindicatos de contrarrestar la temporalidad principalmente mediante tres actuaciones: causalizar los contratos temporales, penalizar a quienes los utilicen abusivamente y vigilar el encadenamiento de los mismos.

No parece que esta sea una propuesta que vaya a ser aceptada por la CEOE, que prefiereinsistir en la reforma de 1997, cuando se rebajó el coste del despido con la creación de un nuevo contrato indefinido que, desde entonces, ha generado dos millones de contratos fijos aunque apenas ha conseguido rebajar un 1% la temporalidad en el mercado laboral español, que se mantiene por encima del 32%.