El tabaquismo, según la OMS, no es sólo una preocupación sanitaria, sino que es un problema que afecta a la sociedad en su conjunto, y para reducirlo es necesario que toda la sociedad se sienta implicada y aúne esfuerzos.

Por ello, considera necesario realizar acciones intersectoriales, globales y continuadas que implementen las estrategias sanitarias, económicas, legislativas, educativas y sociales, que hagan posile una disminución del consumo de tabaco.

Dejar de fumar es posible, según la OMS. A juicio de esta organización, los programas eficaces para dejar de fumar deben incluir apoyo social, educación sobre estilos de vida saludables, aprendizaje de técnicas de resolución de problemas y, en determinados casos, ayuda farmacológica y psicológica.

La OMS asegura que la intervención de los profesionales sanitarios resulta esencial para ayudar a la población a dejar de fumar, a través de programas personaliados, mediante el "consejo sanitario" a los fumadores, motivando, aconsejando, proporcionando información y asesoramiento de cómo vivir sin este hábito.