La encuesta, realizada entre 190 enfermos de la provincia de Alava, pretendía conocer las necesidades de estas personas, que en su mayoría tienen un bajo nivel cultural y más de la mitad está en paro o ejerce profesiones sin cualificación.

Entre los encuestados que declararon mantener prácticas de riesgo, un 47 por ciento afirma no utiliza preservativos en ss relaciones sexuales y un 42 por ciento continúa compartiendo jeringuillas.

El estudio asegura que la razón por la que los enfermos siguen realizando estas prácticas de riesgo es fundamentalmente económica y, por ello, no pueden adquirir preservativos o jeringuillas.

Respecto a los concocimientos que tiene sobre su enfermedad, el 30,5 por ciento no saben que hay otros flujos corporales, al margen de la sangre que pueden transmitir la enfermedad y el 10,5 por ciento cree que cualquier anticonceptvo (incluso el oral), evita el riesgo.

El estudio afirma que el 80 por ciento de los encuestados, que fueron infectados por consumo de drogas por vía parenteral, intentó dejar la adicción en más de una ocasión.

TRANSMISION EN LA FAMILIA

El 24 por ciento asegura que otros miembros de la familia están infectados por el sida y la vía de contagio más frecuente fue el compartir jeringuillas.

La mayoría de enfermos encuestados continúa viviendo en casa de sus padres y el 18 por ciento lo hace enla que él mismo ha formado. Sólo un 4 por ciento dice vivir en una residencia institucional.

Respecto a las necesidades que plantean, piden atención psiquiátrica, proagramas de deshabituación de drogas, una pensión, un centro para convalecientes y mucha más información.