La operación se saldó con 54 detenidos, entre los que se encuentran los cinco máximos responsables del grupo. En uno de los nueve registros, practicados en Barcelona, Santa Coloma de Gramanet y Badalona, los agentes liberaron a tres víctimas de la red que se encontraban retenidas en habitaciones cerradas con cadenas y candados.

Las investigaciones se iniciaron a raíz de informaciones que apuntaban a la existencia de una organización, formada por ciudadanos de origen chino, especializada en el tráfico ilegal de compatriotas. Utilizaban para ello pasaportes falsificados de diferentes países de origen asiático que habían sido sustraídos a sus titulares, y que eran remitidos desde China a Barcelona a través de diferentes empresas de envíos de paquetes. Las víctimas eran captadas en su país de origen y trasladadas hasta España a través de rutas y métodos muy variados. Posteriormente eran hacinadas en diferentes domicilios de los conocidos como "pisos-patera", a la espera de ser finalmente trasladados al Reino Unido.

A cinco de los detenidos se les imputan los delitos de asociación ilícita, falsedad documental, detención ilegal y contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. El resto fueron arrestados acusados de ser presuntos autores de delitos de falsedad documental e infracción a la ley de extranjería.

La Policía se incautó de 26.000 euros en efectivo, 14 pasaportes falsificados de diferentes nacionalidades, un sello húmedo de entrada en territorio Schengen, 40 Pasaportes chinos con estampaciones de sellos de entrada en España y en otros países de la UE falsificados y 15 equipos informáticos con información sobre las actividades delictivas desarrolladas por la organización investigada.

La operación fue realizada por agentes de la Ucrif Central de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, junto con la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña.