Los detenidos conseguían convencer a las mujeres para que formara parte de la red de prostitución tras prometerles grandes cantidades de dinero. La mayoría de ellas, sudamericanas, accedían a trasladarse a Barcelona.

Según las mismas fuentes, los detenidos, seis mujeres y seis hombres, fueron conducidos a la comisaría de la Verneda. Todos ellos obligaban a devolver el importe del pasaje de avión de ida y vuelta a las mujeres sudamericanas. Esta deuda, cifrada en más de 400.000 pesetas en cada caso, era imposible de saldar para la mayoría de ellas cobrando únicament las comisiones que les quedaban por su trabajo en locales y saunas de Barcelona.