El equipo de investigación, formado por las doctora Marina Pollan, del Centro Nacional de Epidemiología de Madrid, y Per Gustavsson, del Instituto Karolinska de Estocolmo, examinólos datos de más de un millón de mujeres, procedentes del registro sueco de cáncer medioambiental entre 1971 y 1989, así como información laboral del censo nacional sueco de 1960 y 1970.

Entre las mujeres empleadas en 1970, las farmacéuticas, profesoras, programadoras informáticas, analistas de sistemas, operadoras de teléfono, telégrafo y radio, las trabajadoras del metal, peluqueras y esteticistas tenían un 20% más de riesgo de desarrollar el cáncer de mama que la media de las féminas.

Otras ocpaciones, tanto en 1960 como en 1970, también se asociaron a un aumento del peligro. Entre éstas, las profesionales de la medicina, trabajadoras sociales, telefonistas de oficina y cajeras de banca. El mayor riesgo de cáncer de mama -el doble de la media- fue detectado en las mujeres que trabajaban con metales y en las analistas de sistemas y programadoras (un 65% más de la media).

Los autores dan varias explicaciones a los resultados de la investigación. En el caso de las doctoras, la radiación puedeser el factor de riesgo, mientras que en el de las analistas de programación, operadoras de telégrafo, teléfono y radio puede ser la exposición a campos electromagnéticos.

Los doctores también apuntan que un trabajo sedentario puede influir levemente en el desarrollo del tumor y que las mujeres con salarios más altos son más diagnosticadas con este tipo de cáncer porque acuden con más frecuencia a revisiones.