El padre de Francisco Vila, Franco Vila, que acudió también hoy al juzgado de guardia, donde declaraba su hijo, manifestó que había pedido perdón a la familia del niño fallecido y que deseaba que se solucionara todo de forma favorable para su hijo.

Franco Vila añadió que su hijo "no conocía el peligro de las bengalas" y que se encontraba profundamente aectado por el accidente ocurrido durante el partido de fútbol entre el Español y el Cádiz, en Sarriá.

Los dos detenidos acudieron juntos al campo del Español, junto con dos hijos de Franco Vila, de 11 y 13 años, y otro niño que era amigo de los pequeños.

Vila y Marsán entraron al recinto con dos carnets de socio que les había prestado el jefe de la empresa donde trabajaba el último, situada en Mercabarna y dedicada a la venta de pescado a minoristas. Vila llevaba una bolsa con cinco bengalas.

Según explicaron fuentes policiales, el detenido no debía conocer bien el funcionamiento y el alcance de la bengala. El mecanismo del cohete tardó en activarse y Francisco Vila alteró la dirección a que en principio había apuntado. El proyectil atrevesó luego el campo e hizo finalmente impacto en el pecho del niño, que murió pocos minutos después.

Al entierro de Guillem Alfonso, que se celebró esta tarde en el cementerio de Montjuic, asistieron el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall; el secretariode Estado para el deporte, Javier Gómez Navarro; el director general de deportes de la Generalitat, Josep Lluís Vilaseca; el presidente del Español, Julio Pardo, y algunos jugadores del equipo, como Urbano.