DETENIDOS EN MADRID CUATRO CHINOS ACUSADOS DE EXPLOTAR LABORALMENTE A COMPATRIOTAS
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Cuatro cudadanos chinos fueron detenidos ayer en Madrid acusados de explotar laboralmente a varios compatriotas suyos, algunos de ellos menores de edad, a los que hacían trabajar en talleres clandestinos de confección en condiciones inhumanas, según informó hoy la Jefatura Superior de Policía.
Los agentes desmantelaron tres talleres clandestinos de confección de ropa, situados en las calles Pelayo, Herminio Puertas y Paseo de las Delicias, que fueron descubiertos por la Brigada Provincial de Documentación.
En el momento de los registros estaban trabajando en los locales 22 ciudadanos chinos de ambos sexos mayores de edad y 7 menores, de entre 7 y 16 años, cuya posible explotación laboral la policía trata de determinar.
Los detenidos y presuntos responsables de las instalaciones son Sen-Hai Yen, de 50 años; Ming-Chao Lin, de 46; Ciuguang Lin, de 41, y Xinquing Jin, de 40.
Como consecuencia de las investigaciones relacionadas con la inmigración clandestina, los agentes obtuvieron informaciones sobr una organización, integrada por personas de origen asiático, que explotaba laboralmente a compatriotas suyos.
También descubrieron que los sospechosos habían puesto en marcha tres talleres, donde se trabajaba sin contratos y sin medidas de seguridad y en unas penosas condiciones laborales, por lo que el juez ordenó el registro de los locales.
En la calle Pelayo fueron intervenidas numerosas prendas de vestir y detenidos 11 adultos, entre ellos Sen-Hai Yen, que trabajaban en 15 máquinas de coser. En el local de la calle Herminio Puertas estaban Ciuguang Lin, Xinquing Jin, 4 adultos y 6 niños, hijos del primero, que ayudaban en las tareas de confección de la ropa. En el Paseo de las Delicias había 8 personas, además de Ming-Chao Lin y su hijo menor.
Los arrestados trabajaban 12 horas diarias, de 11 de la mañana a 11 de la noche, comían y dormían en los mismos locales, que no tenían ventilación ni salida de humos.
En el situado en el Paseo de Delicias, donde tenían instalada una cocina existía además el peligro de incendio por la sobrecarga de la red eléctrica, a causa del gran número de máquinas en funcionamiento.
(SERVIMEDIA)
15 Mar 1991
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