Las empresas donde daban empleo a los trabajadores inmigrantes eran granjas avícolas, según informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid, que indicó que uno de los detenidos ofreció trabajo a un agente de policía.

La investigación se inició a raíz de las denuncias presentadas por tres ciudadanos marroquíes que manifestaron haber estado trabajando de manera irregular, ya que carecían de permiso para ello. Los empresarios eran dos hermanos marroquíes que les daban empleo en la carga y descarga de camiones y en la limpieza de varias granjas avícolas situadas en localidades de Toledo y Guadalajara.

Los denunciantes y otros compañeros de trabajo de su misma nacionalidad eran alojados en varios inmuebles de Parla, también regentados por los empleadores. Por cada cama en esos pisos "patera", los denunciantes pagaban 100 euros mensuales.

La policía inició el seguimiento y vigilancia de los sospechosos y el pasado jueves, a las seis de la mañana, los agentes comprobaron la captación de trabajadores en situación irregular por parte de estos empresarios, que fueron detenidos, junto con 10 trabajadores marroquíes en situación irregular y el encargado de la explotación.

Los empresarios arrestados son Majid E. y Mbarek E., de 32 y 30 años, respectivamente, y Guillermo L.G., español de 54 años, y todos ellos han pasado ya a disposición judicial. Según las denuncias presentadas, obligaban a los trabajadores a realizar jornadas maratonianas, de entre 12 y 18 horas, y a soportar picaduras de las aves.

Les pagaban alrededor de 35 euros al día y los alojaban en pisos "patera", situados en las calles Padilla y Segovia de Parla. Por este alojamiento, cada trabajador pagaba 100 euros mensuales, circunstancia que hacía mayor la dependencia del empleado con el empresario, según la policía.