Se trata de Antonio Albuixet Monturiol, de 56 años, y María del Pilar Valbuena Moreno, de 32, ambos españoles; Francisco Abel Sepúlveda Monsalve, de 34 años, colombiano; Héctor Miguel Quelal Salazar, de 35, ecuatoriano, y James Anthony Pouman, de 35 años, y nacionalidad británica.

La investigación policial, que comenzó hace varios días, consistió en la vigilancia a Francisco Abel Sepúlveda, conocido traficante del distrit de Latina, que tiene dos antecedentes por este motivo.

A principios de este mes, el sospechoso se entrevistó con una mujer, María del Pilar Valbuena, en un bar de la Glorieta de Atocha. Juntos se trasladaron en un "Ford Scort" hasta el Paseo de los Castellanos, en Carabanchel, y mientras ella esperaba en el coche él subió a una vivienda, salió a los pocos minutos y reemprendieron la marcha.

María del Pilar se apeó en la Plaza de España, donde fue interceptada por los agentes, que le ocuparon 79 ramos de cocaína. La mujer explicó que se las había entregado su acompañante, a cambio de 350.000 pesetas.

Los funcionarios no pudieron registrar entonces el domicilio en el que supuestamente había recogido la droga, por lo que decidieron continuar la investigación en torno al ciudadano colombiano.

Según la policía, el pasado lunes se repitió la misma escena: Francisco Abel llegó en el "Ford Scort" al domicilio del Paseo de los Castellanos, esta vez acompañado de dos hombres.

Salió a los 15 inutos y se dirigió en el vehículo a la boca de Metro de Campamento. Al parecer, los dos desconocidos pretendían utilizar este medio de transporte, pero fueron interceptados antes de hacerlo. Se trataba de Héctor Miguel Quelal y James Anthony, que tenían en su poder 85 gramos de cocaína.

Con el correspondiente mandato judicial, la policía registró la vivienda del Paseo de los Castellanos y encontraron la droga escondida en tres boquetes practicados en la pared, entre la cámara de aire.

De acuerdocon las investigaciones policiales, Antonio Albuixet, que llevaba una vida de "honrado padre de familia sin aparente conexión con el tráfico de drogas", era quien centralizaba el estupefaciente, que al parecer le llegaba de Colombia. Francisco Abel actuaba de intermediario entre aquél y los vendedores a pequeña escala.