A través de un comunicado, la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil informó de que estos arrestos se han producido en el marco de la "Operación Pope-Rulos", que se ha desarrollado en Las Rozas (Madrid) y en Elche (Alicante).

Según las Fuerzas de Seguridad, los 54 arrestados procedende distintos países sudamericamos, aunque la mayoría son colombianos con identidades falsas. A estos detenidos se les acusa de numerosos robos con violencia a clientes de entidades bancarias, al tiempo que se les atribuyen hurtos en bancos y joyerías.

Las Fuerzas de Seguridad informaron de que en el trascurso de la operación más de 300 agentes de la Benemérita y de la Policía Nacional han efectuado en Madrid 37 registros domiciliarios.

ROBOS CON VIOLENCIA

Las investigaciones que han permitido desarrollar esta operación comenzaron en septiembre de 2007, tras detectarse un considerable incremento de hurtos por descuido en entidades bancarias y joyerías, así como de robos con violencia sobre personas que terminaban de sacar importantes cantidades de dinero en entidades bancarias.

En un momento determinado de la investigación y a través del Centro de Inteligencia Contra el Crimen Organizado (CICO), se detectó la coincidencia de varios de los objetivos que estaban siendo investigados.

A partir de ese momento, se establecieron los oportunos cauces de desarrollo de la investigación, creándose un grupo de trabajo conjunto para aunar los esfuerzos que culminaran en la explotación más eficiente de la investigación.

GRUPOS DE LADRONES

Debido a la gran cantidad de personas implicadas en los hechos delictivos investigados y su gran movilidad geográfica, tras un largoproceso de investigación se averiguó, que la banda formaba grupos de 5 ó 6 personas. Estos ladrones se desplazaban de lunes a viernes desde sus domicilios en Madrid a las comunidades autónomas en las que robaban.

En los viajes que realizaban estos grupos de la banda, sus miembros se alojaban provistos de documentación falsa en establecimientos hoteleros de las localidades que visitaban. Además, cambiaban diariamente de alojamiento con el fin de dificultar una posible investigación policial.

En sus desplazamientos trabajaban a jornada completa, ya que durante la mañana se dedicaban a realizar robos a las personas que salían de entidades bancarias y hurtos en bancos y comercios de joyería. Por la tarde, los arrestados se dedicaban a vigilar a representantes de joyería y furgones blindados para, al día siguiente, poder sustraer las sacas de dinero una vez entregadas en las entidades bancarias.

Tras regresar los viernes a Madrid, se deshacían del botín obtenido a través de receptadores. Posteriormente, se reunían en locales de ocio próximos a sus domicilios, donde planificaban la actividad delictiva de la semana siguiente, intercambiándose en muchas ocasiones personas entre unas células y otras.