Según fuentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), el detenido se personó en el establecimiento ocultando su rostro con unas gafas de sol, una gorra y una mascarilla. En ese momento, amenazó a una de las cajeras con una pistola y la exigió el dinero de la caja. La empleada del local en un principio pensó que se trataba de una broma y no le dio ninguna credibilidad, pero al ser amenazada nuevamente por el detenido, fue consciente de la gravedad de la situación.

La trabajadora le indicó al presunto autor que no podía abrir las cajas registradoras por no tener la llave, por lo que el detenido la obligó a punta de pistola a dirigirse al almacén del local, donde se encontraba la responsable del establecimiento, a quien también amenazó y le obligó a que abriera la caja fuerte. Del interior de la caja el detenido sustrajo un total de 2.100 euros.

Una clienta aprovechó ese momento para llamar a la Policía e intentó seguir al ladrón, mientras este abandonó el supermercado a la carrera. En el lugar de los hechos se personaron numerosas dotaciones policiales y pese a realizar una batida en las inmediaciones, no localizaron al presunto autor. La responsable del supermercado presentó la correspondiente denuncia en dependencias policiales.

Investigadores de la Policía Nacional realizaron diferentes pesquisas, analizando el ‘modus operandi’ del detenido, las descripciones aportadas, diferentes grabaciones de establecimientos de la zona, hasta dar con el autor de los hechos, que ha sido reconocido por las víctimas del atraco.

Los agentes procedieron a la detención del varón y al registro de su domicilio en busca de evidencias. Fue puesto a disposición de la autoridad judicial, quien decretó su libertad con cargos.