En el lugar donde estaba el cadáver los funcionariosencontraron un juego de seis llaves asidas a un cordón metálico, que más tarde serviría como prueba para identificar al autor del asesinato.

Las pesquisas y pistas se fueron cerrando en torno un hombre llamado Alfonso, persona dedicada a la venta de ajos y cajetillas de cerillas por la Plaza del Mercado, llegando a la evidencia de que el sospechoso conocía a Herminia y que la trataba con cierta frecuencia.

La vivienda donde habitaba estaba ocupada, además, del detenido por Rafaela S.S., de 34 añs, natural de Almería, y sus hijos José S.S., de 17 años, natural de Algeciras. El posterior detenido Alfonso G.S, convivía con ellos.

En el momento de entrar en comisaría, Alfonso S.S, voluntariamente se confesó autor de la muerte de Herminia, por lo que quedó detenido y ha pasado a disposición judicial.

En el registro practicado con autorizacion judicial, se intervinieron prendas de ropa con posibles restos de sangre y otro candado que también se abría con una de las llaves del juego encontradojunto al cadáver de Herminia.

En la declaracion de Alfonso, que estuvo asistido por letrado, reconoció ser el autor de la muerte de Herminia, lo que realizó golpeándola repetidamente en la cabeza con una piedra o un ladrillo, aunque no lo recordaba bien.

En su confesión voluntaria dijo que esa noche se había encontrado con Herminia y que se fueron juntos hasta las cercanías de una estación eléctrica, situada en la barriada La Perlita.

Allí discutieron y entablaron una pelea. Alfonso G.S. aleó que había bebido mucho y había tomado también pastillas y que se volvió medio loco.

En las correspondientes interrogaciones al resto de los familiares y exploraciones tomadas a un menor, se puso de manifiesto y corroboraron la autoría de Alfonso.