El acusado se declaró culpable del asesinato de la mujer, que trabajaba en los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Lérida. Seún explicó a la policía, la mató disparándole en el tórax con su arma reglamentaria porque ella quería poner fin a sus relaciones. Fernández Ruiz estaba separado de su mujer desde hacía algunos años, mientras que la víctima vivía con su esposo y dos hijos.

Los hechos ocurrieron entre las tres y las cuatro de la tarde de ayer, cuando Josefa Aguilera salió de su casa para dirigirse a trabajar y fue invitada por el agresor a subir a su automóvil después de encontrarse en la calle. Las mismas fuentes indiaron que el guardia urbano se dirigió a la partida de Rufea, en las afueras de la ciudad, y en el interior del vehículo, un Ford Escort rojo, le disparó un tiro.

La intención de Carlos Fernández era tirar el cadáver a un canal de Lérida, lugar al que se acercó, pero finalmente desistió al ver que había varias personas en las inmediaciones y dejó el cuerpo tras un pabellón deportivo. El acusado hizo pasar su coche sobre el cadáver de la mujer con la intención de simular que había sufrido un accidente, xplicaron fuentes del Gobierno Civil.

La policía, que detuvo al agente municipal en las dependencias de este cuerpo sobre las 12 de la noche, encontró después en su casa un casquillo de bala, ropa manchada de sangre y una tapicería de automóvil mojada. Fernández, que pasará mañana a disposición judicial, intentó borrar las huellas y los restos de sangre que quedaron en el vehículo después de abandonar el cadáver.

La detención se produjo después de que los familiares de Josefa Aguilera denunciaranhacia las 11 de la noche su desaparición, ya que todavía no había regresado a su casa.