Un ciudadano rumano acudió el pasado viernes a la comisaría de Fuenlabrada para relatar que había contactado con dos compatriotas a través de un familiar para que le ayudaran a tramitar su documentación en el consulado de su país en España.

Los dos desconocidos se encontraron con él en la estación de autobuses de Méndez Álvaro y juntos fueron a un hostal de Móstoles, de donde no pudo moverse hasta el momento de la denuncia. En un primer momento, sus supuestos benefactores le hicieron preguntas acerca de la forma en que iba a pagarles su ayuda para regularizar su situación, ya que los 42 euros que tenía no bastaban.

A su respuesta de que estaba dispuesto a trabajar en cualquier cosa, ellos le dijeron que no había trabajo y que la única posibilidad de ganar dinero era robar. Añadieron que si él no sabía, le enseñarían, y que sólo tenía que acompañarles para aprender.

Ante la negativa del denunciante, comenzaron a maltratarle, golpeándole en la cabeza y amenazándole con cortarle la oreja y un tendón si no colaboraba.

Como él se seguía negando, sus compatriotas le aseguraron que le matarían si intentaba escapar o pedir auxilio y, en un momento dado, le pusieron un cuchillo en el cuello y le obligaron a practicarles felaciones, actos que fotografiaron mientras le amenazaban con hacer llegar esas instantáneas a su familia en Rumanía.

Además, le mostraron dos pistolas y le hicieron empuñar una a fin de que quedaran allí sus huellas, mientras le decían que con este arma habían agredido a varias mujeres en Fuenlabrada para robarles el bolso, móviles y objetos de valor.

El día en que este hombre presentó la denuncia, sus captores intensificaron los golpes para que los acompañara a robar, a lo que él accedió para evitar más torturas y poder salir del hostal, puesto que, cuando la propietaria iba a la habitación a cobrar el alquiler, lo escondían detrás de un armario y un colchón.

El denunciante fue en tren a Fuenlabrada con Alín C. y, en una calle de esa localidad, éste le señaló a la persona a quien debía atracar. Mientras fingía ir a robarle el bolso, consiguió escapar y llegar a comisaría con ayuda de un ciudadano.

En su declaración, el secuestrado aportó las características físicas de sus captores y algún dato acerca del hostal donde lo habían tenido secuestrado. Además, reconoció en los álbumes policiales a uno de ellos, que fue detenido un día después en Móstoles.

Los agentes intervinieron dos pistolas ocultas en una cisterna y los negativos de las imágenes de las felaciones que fue obligado a hacer el denunciante. Las posteriores investigaciones en comisaría han esclarecido varios delitos más, imputables al detenido y su cómplice.

La investigación continúa abierta con objeto de arrestar al otro delincuente y para esclarecer otros delitos imputables a ambos. El detenido ha pasado a disposición judicial.