El detenido, cuya identidad no ha sido facilitada, es un agricultor de unos 50 años, que actualmente cobra pensión po enfermedad. Según fuentes policiales, el acusado introdujo en una cartón de leche varias de sus pastillas contra la enfermedad pulmonar que padece.

Estas pastillas tienen un alto poder de toxicidad si se ingieren en grandes dosis, según las mismas fuentes. La víctima comenzó a sentirse mal, por lo que acudió a un centro sanitario, donde le diagnosticaron la intoxicación y los médicos sospecharon que podía haber sido objeto de envenenamiento.

La mujer denunció a su marido, quien fue detenido pocodespués. Durante su declaración ante la policía, confesó que vertió las pastillas en la leche, pero alegó que "no quería matarla, sino darle un escarmiento para que cambiara su actitud hacia mí".

El presunto parricida recrimina a su esposa que ya no duermen juntos, sino en camas separadas, que le robaba dinero a sus espaldas y que desde hacía tiempo ella le tenía abandonado, ya que, entre otras cosas, no le lavaba la ropa.