El 'modus operandi' de la organización era captar a ciudadanos del Este, a través de empresas de esas nacionalidades, y ofrecerles puestos de trabajo en España, "aparentemente" legales.

En este primer contacto con la empresa los inmigrantes debían abonar una cantidad para cubrir los gastos del transporte.

Un vez en España estos grupos criminales contactaban con los dos detenidos, L.H. de 53 años y su hijo V.S de 33, que les trasladaban desde Madrid a Sevilla, donde eran alojados en pisos alquilados por los detenidos.

Tras varios días en España, les exigían ciertas cantidades de dinero y eran objeto de todo tipo de coacciones, retirándoles el pasaporte. Uno de los denunciantes fue agredido y apuñalado al haberse negado a realizar los pagos exigidos.