Tras intentar acabar con la vida de su esposo, residente en Bélgica, la mujer huyó de este país junto con los dos hijos habidos en su matrimonio, además del bebé fruto de su relación con el detenido. La pareja se trasladó a España y se ocultó en Galicia, donde residía toda la familia del ahora arrestado, según informó hoy la Dirección General de la Policía.

Con el fin de no ser detectados, el hombre y la mujer solían residir en aldeas apartadas de los principales núcleos de población, e incluso se disfrazaban para cambiar permanentemente de aspecto. Evitaban normalmente el uso de coche, utilizando caminos comarcales para sus desplazamientos, y no realizaban trabajos continuados, sino pequeñas labores esporádicas que les reportaban los ingresos indispensables para poder subsistir.

La medida de seguridad más drástica tomada por la pareja consistió en el ocultamiento de los tres menores, evitando incluso su escolarización. Los niños estaban además perfectamente aleccionados sobre cómo debían reaccionar ante la presencia de cualquier agente de policía, por lo que mantuvieron en todo momento un absoluto silencio ante las preguntas que les formularon los agentes del Grume.

Las primeras impresiones de los integrantes de los servicios sociales que asistieron inicialmente a los menores fue que el mayor de los tres, de 14 años, mostraba señales en ambas muñecas que podían ser debidas a ataduras, así como unas lesiones graves en uno de los pies, por lo que fue hospitalizado.

Los detenidos han sido puestos a disposición de la Audiencia Nacional, mientras que de los menores se han hecho cargo los servicios sociales de la Xunta de Galicia.