La investigación que ha dado lugar a la desarticulación de esta red comenzó el pasado mes de diciembre, cuando se denunciaron varios robos en viviendas que, además, presentaban el mismo "modus operandi".

Los ladrones entrban en las viviendas, generalmente áticos, mediante "escalo", forzando o derribando las puertas y robando, en la mayoría de los casos, sólo dinero y joyas, aunque en algunas ocasiones sustrajeron ordenadores portátiles, equipos electrónicos, así como de audio y vídeo.

En fechas anteriores a la comisión de los robos, algunos vecinos habían recibido la visita de mujeres con aspecto sudamericano y que se ofrecían para trabajar como empleadas domésticas o pedían ropa usada para sus familiares.

En otrs ocasiones, quienes llamaban al timbre eran hombres que se ofrecían para realizar trabajos de mantenimiento o decían que pertencían a una empresa de servicios que iba a efectuar alguna reparación en domicilios, mantenimiento de ascensores o algo similar.

En los portales de las fincas y de los domicilios siniestrados se apreciaron señales pintadas en forma de estrella, una línea recta o un triángulo, un sistema utilizado por delicuentes de procedencia suramericana.

Ante estos datos, y teniendo encuenta que en diciembre se detuvo a dos mujeres colombianas acusadas de un gran número de robos en viviendas, la policía decidió centrar la investigación en un determinado grupo de personas sudamericanas, al sospechar que la nueva banda estaba relacionada con las dos arrestadas.

Así, tras realizar las vigilancias y los seguimientos oportunos, la policía logró detener a seis personas, de entre 19 y 43 años de edad, todos ellos de nacionalidad colombiana y a las que se acusa de haber perpetrado al menos25 robos con fuerza en domicilios de las Islas Baleares.

Se trata de Rogelio de Jesús R.R., de 43 años; Jhonny Ferney E.G., de 22; Sandra Milena R.G., de 28, María Fernanda L.Q, de 20, y Jesús Arley J.R., de 19. Este último presentó un pasaporte venezolano falso y había sido detenido en varias ciudades españolas con dos identidades diferentes.

La policía efectuó registros en un doble piso ocupado por todos los integrantes de la red, en el que se encontraron joyas por valor de 300.000 euros; así cmo ordenadores portátiles, equipos de vídeo, de fotografía, teléfonos móviles, reproductores de DVD y otras cosas.