El Grupo Operativo VIII de la UCRIF inició las investigaciones tras tener conocimiento de la existencia de dos talleres clandestinos, ubicados en las calles Tántalo y Lenguas, de Madrid. Tras las primeras gestiones, quedó confirmada esa información: un gran número de mujeres trabajaba en esos lugares y lo hacía en condiciones precarias.

Por otra parte, se trataba de extranjeras en situación de ilegalidad. Con ello, los empleadores evitaban tener que darles de alt en la Seguridad Social. Además, se aprovechaban de esa situación y, puesto que las mujeres no podían conseguir un empleo, ya que caracían de permiso para ello, las tenían en penosas condiciones de trabajo en lo relativo a horarios, de diez horas, y sueldo, entre 400 y 500 euros.

En el taller de la calle Tántalo se detuvo al responsable y a dos trabajadoras; en el de Lenguas, a la encargada del taller y ocho empleadas. Todos han sido puestos en libertad con cargos y a las ciudadanas extranjeras se lesha incoado expediente de expulsión.