La operació se inició el pasado mes de febrero, cuando una mujer denunció en un Juzgado de Zaragoza que había llegado a España, procedente de Ucrania, tras pagar una cantidad de dinero a una organización integrada por personas de nacionalidad rusa y española.

La organización captaba a mujeres en Ucrania, mediante engaños, y las trasladaba a España vía Polonia, Alemania y Francia. Cuando llegaban a nuestro país, las llevaban a un club de la localidad de Ontoria-Cabezón de la Sal (Cantabria) y las obligaban a prosituirse para saldar la deuda contraída por los gastos del viaje, que ascendía a 3.000 dólares (unas 600.000 pesetas). Esta cantidad era tres veces superior a lo que realmente había costado a la organización el traslado de la víctima hasta España.

Durante los tres meses que tardaban en satisfacer la deuda (ganaban aproximadamente 6.000 pesetas al día), las mujeres no podían salir del club sin ir acompañadas por alguien de la organización, con el fin de impedir que abandonasen el local.

Una vez salada la deuda, las mujeres debían pagar un millón de pesetas si querían abandonar el local, mientras que si decidían seguir trabajando tenían que aportar a la organización el 50% de lo que ganaban. Si se quedaban, la organización, dependiendo de sus necesidades, las trasladaba a otros locales que tenía en Zaragoza.