Al parecer, los tres detenidos dirigían la red de falsificación desde España y tenían apoyos en el norte de Africa, donde se confeccionaban los carnés falsos.

Tras la detención, la policía ha intervenido a los falsificadores pasaportes y permisos consulares, así como una relación de posibles clientes con sus fotografías y cantidades abonadas. Los funcionarios han decomisado cuatro de esos carnés de las repúblicas de Senegal y Ecuador.

Las investigaciones realizadas hasta el momento indican que la manipulación se llevaba a cabo en Mauritania, donde los tres detenidos enviaban los datos del cliente tras pagar 60.000 pesetas.

Una vez que el documento haba sido confeccionado, era enviado a España por correo. La policía estima que unos 80 ciudadanos chinos han conseguido el carné de conducir por este procedimiento.

Los permisos de conducir internacionales del tipo que esta banda falsificaba son valederos para su uso en España durante un año, sin que sea preciso realizar ningún tipo de prueba de aptitud.

Para obtener legalmente este tipo de permisos en España, los extranjeros deben realizar pruebas teóricas y prácticas, según la antigüedad del condctor, además de presentar el permiso original de su país.