El equipo de investigadores estudió los restos de maquillaje egipcio que se conservan en el museo parisino del Louvre, encontrados en las tumbas de los faraonesque datan de los años 2000 al 1200 a.C.

Después de varios análisis químicos de las pinturas utilizadas para los ojos, los científicos descubrieron que algunos de los compuestos habían sido sintetizados artificialmente y que se fabricaban para fines específicos mediante un proceso complicado.

"Hemos descubierto que hace 4.000 años, los cosméticos tenían aplicaciones terapéuticas. Sólo hemos estudiado los lápices y las sombras de ojos, pero estamos seguro de que estos productos tenían un impacto teapéutico sobre los ojos", indica Patricia Pineau, una de las participantes en el estudio.

Los científicos aseguran que algunos cosméticos de base no provenían de recursos naturales y les añadían minerales para hacer de color negro el pigmento.

Además, los investigadores han descubierto que los egipcios utilizaban una técnica llamada "química húmeda", un difícil y repetitivo proceso por el que se sintetizan las moléculas.