Las empresas implicadas, gasolineras y compañías de transporte, falsificaban los recibos de compra-venta de gasoil para evitar e pago de tasas e impuestos. Además, manipulaban los carburantes de más calidad con los de menor calidad, manteniendo el mismo precio.

Cuando la Guardia Civil inspeccionaba los camiones, los transportistas mostraban un depósito anexo con los combustibles correctos, cuando en realidad los otros recipientes contenían gasoil rebajado y manipulado.

Son más de 330 las gasolineras y empresas transportistas que han sido multadas en Cataluña, con sanciones que oscilan entre el medio millón y el millón de esetas.