Los detenidos engañaban a mujeres rumanas con promesas de trabajo legal en España que nunca se cumplían, ya que una vez en territorio español eran distribuidas por varios inmuebles de Madrid donde sólo dormían, mientras que el resto del tiempo lo empleaban en la Casa de Campo, en horarios interminables y siempre a las órdenes de sus captores.

Según informó hoy la Jefatura Superior de Polícía de Madrid, las investigaciones, que se iniciaron ya hace algunos meses, no han sido fáciles, ya que los malhechores tomaban grandes medidas de seguridad para que la policía no pudiera seguir las pistas de sus alquileres y, además, cambiaban de viviendas a las chicas para que no se las identificara en una zona determinada.

Por ello, la localización de las chicas se llevó a cabo donde habitualmente ejercían la prostitución, estableciendovigilancias y seguimientos con el fin de ubicar el lugar donde dormían. Los agentes consiguieron el testimonio de una de las chicas, que relató cómo fue captada y obligada a ejercer la prostitución.

Un dispositivo policial permitió arrestar a los principales implicados, que contaban todos con antecedentes por delitos varios, como malos tratos, prostitución, amenazas, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y falsificación documental, entre otros, y que habían sido arrestados en varias ocasiones en diferentes lugares del país.

Según la policía, aunque con estas detenciones se ha sofocado el flujo de tráfico de personas en la Casa de Campo,las investigaciones continúan su curso porque no se descarta el arresto de otros posibles implicados.