El transporte de los estupefacientes se llevaba a cabo mediante la utilización de camiones "trailer" que transportaban cargas legales entre distintos países de Europa. Las cajas de estos vehículos eran preparadas en Inglaterra, en donde fabricaban departamentos ocultos para ocultar la droga.

Para no despertar sospechas en su recorrido, los vehículos transportaban cargas legales a distintas localidades de España y descargaban en sus puntos de destino la mercancía. Desde estos lugares se trasladaban a la provincia de Alicante, donde la organización disponía de la estructura necesaria para la importanción, almacenaje, custodia y transporte de los estupefacientes.

En el marco de la investigación la policía se incautó de 1.703 kilos de hachís, una máquina utilizada para envasar y empaquetar la droga, un camión frigorífico, dos furgonetas y un turismo.