Esta operación se inició a raíz de la denucia presentada por un súbdito marroquí, en la que ponía en conocimiento el secuestro de su yerno.

A partir de las investigaciones se consiguió la liberación del secuestrado y la detención de sus presuntos secuestradores, en la localidad madrileña de Collado Villalba.

Según relató el propio secuestrado, antes de ser trasladado a Madrid había estado en dos parajes situados en Almería con 40 compatriotas en precarias condiciones de salud e higiene.

La Guardia Civil localizó dos cortijos en Almeía, uno cercano a El Ejido y un segundo ubicado en el paraje denominado "El Corsario" -en el término municipal de la Mojonera-, donde se detuvieron a cinco presuntos secuestradores.

Esta red estaba compuesta por dos grupos relacionados. Uno de estos grupos facilitaba a los inmigrantes irregulares su entrada en España a través patera a cambio de una cantidad indeterminada de dinero, con la promesa de un trabajo en España.

Una vez en nuestro país, los inmigrantes ilegales se ponían en contacto medinte un número de teléfono con un "guía", perteneciente al segundo grupo, que era el encargado de conducirles hasta los cortijos situados en la zona de El Ejido.

Allí eran encerrados y la organización contactaba con los familiares a los que los exigia el pago de unas cantidades que oscilaban entre las 80.000 y 180.000 pesetas bajo la amenaza de que, en caso de no pagar, los entregarían a las Autoridades españolas.

Pasado un tiempo sin que se hubiera hecho efectiva la cantidad exigida, los inmigranes ilegales eran abandonados en las zonas próximas a la costa y los secuestradores telefoneaban a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para denunciar la presencia de los "ilegales".