En la denominada "operación vuelo", la Guarda Civil, en colaboración con la Policía Judicial de Pamplona, Manresa, Madrid y Mahón, procedió a la detención de once personas y la incautación de ocho vehículos, relojes de lujo y abrigos de piel.

La estafa consistía en comprar empresas en precaria situación económica. Posteriormente se remitían los pagos a los proveedores hasta una fecha determinada, momento en el que desaparecían o vendían la empresa, una vez conseguido todo el dinero posible.

La labor de investigación se vio dificultada por a movilidad de los detenidos, la complejidad de las operaciones que realizaban y la apariencia de legalidad de todas las actuaciones que llevaban a cabo.

Tras tener conocimiento de varias estafas en Madrid (agencias de viaje) y Toledo (una fábrica de cerámica), los encargados del caso lograron localizar a los ahora detenidos en Pamplona, donde ya habían adquirido una empresa del ramo textil y habían iniciado su habitual entramado para conseguir dinero.