"A lo sumo", añadió en referencia a José María Aznar, "sí nos puede llevar a enjuiciar la doble moral de quien lo ha tolerado (el regreso de Hormaechea al poder) y nos acusa a diario de corrupción".

Bajo el título "España en un nuevo mundo", Benegas pronunció esta noche una conferencia en el madrileño Club Siglo XXI, en el transcurso de la cual trazó las grandes líneas de actuación socialista en años venideros: modernizar la Administración, culminar el desarrolo autonómico y desarrollar la cobertura social al total de la población.

A su juicio, estas tres grandes líneas deberían ser las que centraran el debate político en España, pero esto no es así porque el PP pretende generalizar la corrupción "intentando descalificar a los militantes socialistas en su conjunto y revelando la grave irresponsabilidad de aquellos que prometen practicar, si llegan al Gobierno de la nación, lo que ya es claro que no practican desde algún gobierno autonómico (Cantabria)".

El secretario de Organización del PSOE volvió a referirse a la necesidad de que los casos de corrupción no sean armas de lucha entre partidos. "Resulta por ello más que lamentable que cualquier llamada contra la demagogia pueda ser entendida como propuesta de un pacto de silencio y ocultación".

El mayor problema hoy, en su opinión, es que se está generalizando un clima de sospechas de corrupción que deslegitima a los partidos como instrumentos de la democracia y descalifica a los políticos como categría social, "ignorando el esfuerzo colectivo que han hecho durante más de quince años por crear un ambiente de convivencia pacífica".

"TODO TIENE UN LIMITE"

"Los socialistas somos objeto de todo tipo de descalificaciones, por parte de los dirigentes de la derecha española. La mayor parte de las veces no contestamos. Hemos esperado pacientemente a que un dirigente joven pudiera consolidarse. Pero todo tiene un límite y éste ya ha sido traspasado", afirmó.

Benegas se refirió también a la supuestadebilidad de liderazgo de Aznar y, sin citarles personalmente, a las actitudes de quienes fueron también candidatos a sustituir a Manuel Fraga: Isabel Tocino y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón.

"Frente a la derecha económica española", dijo, "la derecha política no tiene sentido de Estado. Posiblemente porque su liderazgo es tan dependiente de los resultados electorales y son tantos los que esperan agazapados, que se elige el regate en corto y la estrategia de erosión con tal de restar algunos voto al PSOE".

Y concluyó al respecto: "la cúpula del PP ha sido copada por personas que no merecen siquiera crédito para la derecha económica española, que no tiene proyecto político y que sustenta su discurso en la demagogia populista".