Según los datos de la citada institución, más del 98% del papel higiénico fabricado en dicho país procede de madera de los mencionados espacios forestales, mientras que en países europeos y sudamericanos el 40% ya se obtiene a partir de materiales reciclados.

La organización también denuncia que el consumo medio de los estadounidenses de este producto triplica el registrado en países europeos.

Por su parte, Greenpeace ha lanzado una guía para promover decisiones de compra más ecológicas entre los consumidores estadounidenses, coincidiendo con una agresiva campaña publicitaria de papel higiénico.

Según Dave Dixon, portavoz de Kimberly-Clark, una de las principales empresas fabricantes de este producto en Estados Unidos, el consumidor estadounidense prefiere productos más suaves que sólo pueden obtenerse utilizando maderas de bosques vírgenes, aunque aseguró que su empresa sólo tiene como proveedores bosques canadienses gestionados de forma sostenible.