Isidro Mayo, ex policía condenado a 30 años de prisión por homicidio, tenía pendiente de resolución un recurso ante el juzgado de vigilancia penitenciaria de Valladolid contra la negativa del juez a otorgarle la libertad por encontrarse en la fase terminal de su enfermedad, de acuerdo con el atículo 60 del Código Penitenciario.

Francisco Javier Fernández, portavoz de la Asociación Presos de Santiago de Compostela, aseguró hoy que la única intención del acusado es que Mayo "no se muera en su centro" y comentó que el director de la cárcel ya había demostrado su arbitrariedad contra el recluso al negarle sistemáticamente "una libertad condicional a la que tenía derecho".

El director de la prisión zamorana negó estas acusaciones y afirmó que no tenía conocimiento del traslado, aunque se mstró contrario a facilitar más información sobre el mismo por su carácter "confidencial".

A Isidro Mayo, de 33 años, le fue diagnosticado el sida en diciembre de 1991 y padece además hepatitis B y C y tuberculosis pulmonar. Ha mantenido una huelga de hambre para denunciar su situación y en la actualidad pesa 54 kilos, a pesar de medir 1,82 metros.

Según la asociación, el juez de vigilancia penitenciaria de Valladolid, José Luis Castro, ha anunciado que concederá el permiso de salida al recluso "pr humanidad", siempre y cuando los médicos confirmen que su estado es irreversible.