Iglsias, que ha dejado el mundo de la delincuencia, en el que se introdujo para satisfacer su adicción a la droga, también forma parte del Comité Anti-SIDA y actúa como coordinador de la Asociación de Ayuda a los Presos (PreS.O.S.).

Esta asociación procura garantizar los derechos de los reclusos y mejorar sus condiciones de vida en las cárceles gallegas, o bien las de los gallegos internos en prisiones del resto del Estado.

Como educador de barrio, el joven actúa como un "moderno angel de la guarda" que entra en contacto con los jóvenes que están "enganchados" a la droga.

"Intento canalizar las malas historias que pueda tener el personal hacia una integración más real en la sociedad", explicó Antonio Iglesias a Servimedia. "Trato de que superen los problemas y yo soy un ejemplo viviente, pues después de estar muchos años en prisión y ser el malo de la película, de repente cambio".

El joven dijo contar con una ventaja sobre cualquier profesional de la lucha contra la drogodependencia, al habr estado totalmente sumergido en el mundo de las drogas, y añadió que trata de convencer a los toxicómanos que encuentra pinchándose de que esa no es la salida. "A lo único que les va a llevar es a más droga, delincuencia, prisión y SIDA", dijo.

Por lo que se refiere a las condiciones de los presos, Antonio Iglesias, que asegura tener la moral alta pese a su enfermedad, denunció la existencia de constantes malos tratos en las cárceles, aunque cree que lo peor para los delincuentes es el retraso con qu les llegan las condenas, muy a menudo cuando se han rehabilitado y tratan de integrarse laboralmente en la sociedad.