Los ingresos ascendieron a 5.845.600 millones, lo que supuso un incremento del 6,7 por ciento, en tanto que los pagos se elevaron a 7.641.500 millones, con un aumento del 14 por cien. La situación no tiende a mejorar conforme avanza el año, uesto que en junio los ingresos sólo aumentaron un 2,7 por cien, mientras que los pagos lo hicieron en un 23,1 por cien.

La mala evolución de los ingresos obedeció, sobre todo, a la caída de un 7,3 por cien en la recaudación de los tributos indirectos, con un descenso del 5,7 por cien en el IVA Y del 2 por cien en los impuestos especiales.

El Ministerio de Economía lo atribuye a "la debilidad del consumo y el fuerte incremento de los aplazamientos solicitados". A ello se une una caída de 53.000 mllones en los ingresos del tráfico exterior, por la supresión de los derechos arancelarios frente a la CE a partir del 1 de enero de este año.

Todo ello no pudo ser compensado por los impuestos directos. Estos crecieron muy débilmente, sólo un 2 por cien, debido a que la recaudación del IRPF cayó un 0,4 por cien.

Por lo que se refiere a los pagos, destaca el espectacular incremento, del 93,9 por cien, en los gastos financieros, que superaron los 1,3 billones de pesetas.

"Esta evolución se dee", según Economía, "al vencimiento en este primer semestre de gran parte de las Letras del Tesoro emitidas a finales del ejercicio anterior, que da lugar al correspondiente devengo de los intereses".

Además, las aportaciones a la Seguridad Social para asistencia sanitaria se elevaron a 983.000 millones de pesetas y las destinada a complementar las pensiones mínimas sumaron otros 107.100 millones.

Las comunidades autónomas y corporaciones locales percibieron, por su participación en los ingresos el Estado, 821.300 y 474.200 millones de pesetas, respectivamente, con tasas de variación del 42,3 y del 10,9 por cien.

Como valoración global, el Ministerio de Economía reconoce que 1992 se cerrará "con un déficit superior al registrado en 1992", por la reducción de los ingresos por el IVA y el fuerte crecimiento de los pagos para financiar la deuda pública y las transferencias corrientes.