Ese negativo resultado fue consecuencia de una caida del 5,5 por ciento en los ingresos, que se situaron en 780.700 millones de pesetas, y un aumento del 2 por ciento en los gastos, que se cifraron en 1.584.000 millones.

No obstante, el déficit acumulado entre enero y agosto quedó en 1.987.000 millones de pesetas, lo que supone una mejoría del 9 por ciento en relación al ejercicio anteror.

Al terminar agosto, el déficit del Estado suponía un 2,7 por ciento del PIB, lo que en opinión del Ministerio de Economía permite mantener el objetivo previsto, de dejarlo en el 3,5 por cien para el conjunto del ejercicio.

Entre enero y agosto, los impuestos directos aportaron 4,86 billones de pestas, un 7 por cien más que en 1995, de los que 3,84 billones procedieron del IRPF y 0,93 bilones del Impuesto de Sociedades, con sendos incrementos del 6 y el 11,6 por cien.

En cuanto a los tribtos indirectos, supusieron unos ingreso de 3,78 billones, un 6 por cien más que en los ocho primeros meses del 95, con incrementos del 7 por cien en el IVA y del 6 por cien en los Impuestos Especiales.

Por lo que se refiere a los pagos realizados por el Estado, sobresale la partida de 2,4 billones de pesetas destinada al pago de intereses para mantener la deuda pública, que absorbió un 16,5 por ciento más que el ejercicio anterior.

Las transferencias para financiar la Seguridad Social se situaronen 1,9 billones de pesetas, un 10,5 por ciento más que el año pasado, en tanto que las dirigidas al INEM se elevaron a 145.700 millones, con un descenso del 61,7 por cien, gracias a la mejoría del empleo.