En el encuentro de defensores del pueblo participaron, además de Gil-Robles, el Síndic de Greuges de Catalunya, Frederic Rahola; el Defensor del Pueblo Andaluz, Manuel Conde Pompido; el Justicia de Aragón, Emilio Gastón; el Diputado del Común de Canarias, Arcadio Díaz Tejero; el Valedor do Pobo de Galicia, José Cora Rodríguez, y el Ararteko del País Vasco, Juan Sanmartín.

Una de las cuestiones que debatieron los defensores fue la reglarización de extranjeros en España. Según declaró Gil-Robles, todos los reunidos decidieron solicitar a la Administración central que aplique "medidas muy estrictas con los empresarios y con las entidades que tienen empleados ilegales trabajando".

El Defensor del Pueblo español añadió que "el Gobierno debe ser muy duro con todos los explotadores de inmigrantes que se aprovechan actualmente de las condiciones de estos trabajadores".

Los defensores hicieron, asimismo, y de forma conjunta, un llamaiento al Gobierno para que no permita actitudes racistas contra ningún colectivo o étnia, y pidieron públicamente a la sociedad en general que sea "serena y solidaria" con estos grupos.