Con esta reunión finaliza la ronda de contactos que el Ararteko inició hace varias semanas con diferentes grupos sociales. Para Xabier Markiegi, los ámbitos de la institución del Defensor del Pueblo y de Elkarri son muy distintos, pero hay espacios comunes de actuación.

"Son dos tipos de intervención totalmente distintas. Un movimiento tiene que incidir dentrode la sociedad nutriéndose de las sensibilidades y de lo que va observando en esa sociedad, en los ciudadanos concretamente, en el ámbito de influencia donde cada uno está trabajando", explicó Markiegi, "mientras que la función del Ararteko es la de una institución pública con unas tareas, unos objetivos y unas funciones marcadas claramente por la ley".

"Donde coincidamos, coincidiremos, y donde no coincidamos, andaremos cada uno por nuestro camino, pero en la seguridad de que unos y otros estamos intntando trabajar por construir", dijo Markiegi.

Xabier Markiegi manifestó que no va a realizar la función de portavoz de los demás, pero que hará todo lo posible para que la cultura de la tolerancia vaya generando cada vez espacios más amplios para la paz.

Por su parte, el portavoz de Elkarri expuso al Ararteko los temas que, a su juicio, el Defensor del Pueblo puede resolver o por lo menos forman parte de sus competencias.

"Yo creo que todos los procesos de paz tienen altibajos y tienen mometos contradictorios. Estamos en un momento contradictorio, en el que, por una parte, hay situaciones esperanzadoras, como que se celebre una conferencia de paz o que haya cosas por el estilo, y, por otra parte, momentos de tensión como éste", manifestó Jonan Fernández.

Agregó que "hay que tratar de asumir lo contradictorio que tiene todo proceso de paz y no perder el norte y seguir trabajando en positivo y constructivo hacia ese objetivo".