Gabilondo se desplazó en primer lugar al centro de menores migrantes de Hoya Fría, uno de los más grandes de la red de acogida canaria, y allí pidió “medidas urgentes y estructurales” para abordar la situación de estos menores y recordó que “es un problema que nos concierne a todos, no sólo a Canarias”.

En este sentido, remarcó que “todos tenemos que hacerlo mejor” y apuntó que hace falta solidaridad pero que ésta tiene unos límites. “Sin solidaridad no hay nada que hacer y solo con ella no podemos llegar a donde queremos llegar. Tiene que haber modificaciones legales y de otros tipos”.

El Defensor también abogó por la corresponsabilidad y destacó que “basta con ir a un centro para ver a los chavales y sentir su dolor ante la falta de expectativas. Llevan meses en los centros y no ven horizonte”. “No hay que imaginar lo que quieren, tenemos que enterarnos de cómo son, hablando con ellos y estando cerca de ellos”.

Sobre la situación de los más de 200 menores que se encuentran acogidos en el centro de Hoya Fría señaló que le preocupa especialmente la falta de escolarización de muchos de ellos y los problemas documentales y de identificación. Así, señaló que estos menores “no pueden estar simplemente recogidos. Necesitamos medidas urgentes estructurales para abordar esta situación”.

Gabilondo también aseveró que cerca de un millar de los 6.000 menores que han llegado a las costas canarias proceden de Malí, por lo que muchos requieren de protección internacional. “Hay que derivarles a recursos específicos”.

El Defensor pidió, en su declaración a los medios, que no se hable de “reparto”. “Estamos hablando de seres humanos, no de mercancías. Manda un mal mensaje, hablemos más bien de reubicación”.

Asimismo, instó a que no se utilice esta situación como elemento de confrontación política. “No se puede comercializar con los derechos humanos, no podemos usar esto como un elemento de confrontación política”.