Gil Robles recalcó que la tardanza en la elección de su sucesor no hay que atribuirla a la exigencia de que cuente con el respaldo de tres quintos del Congreso, algo que, por el contrario, le da más legitimidad a la institución.

A su juicio, lo que es preciso es "afrontar con seriedad y responsabilidad un proceso como éste. Las fuerzas polticas se lo tienen que plantear con mucho rigor y mucha seriedad, y al margen de todo interés partidario".

Gil Robles mostró su satisfacción por la decisión de elegir como nuevo Defensor del Pueblo a Fernando Alvarez de Miranda, de quien dijo que es un demócrata con una excelente carta de presentación ante la sociedad.

Aseguró que es "una persona excelente y un demócrata reconocido", además de ser un hombre "con el que yo he coincidido en épocas de la dictadura cuando había que luchar por la libetad. Eso son cosas que no se olvidan y constituyen una excelente carta de presentación ante la sociedad".

A su juicio, Alvarez de Miranda tiene tanto una experiencia política que le será muy útil a la hora de desempeñar su nuevo cargo como la sensibilidad social que requiere un puesto de las características del Defensor.

Gil Robles se mostró convencido de que Alvarez de Miranda "es un hombre sensible a los problemas sociales, políticos y a todo lo que es la situación, realmente difícil en muchas casiones, de los españoles y los extranjeros".

Respecto a la negativa de Landelino Lavilla a aceptar el cargo, dijo que el propio interesado ha explicado con bastante claridad que tiene un proyecto personal que no es de carácter político, algo que le pareció "muy respetable".