El departamento que dirige Federico Trillo trabaja desde hace unos meses en la elaboración de una serie de normas sobre la uniformidad de las mujeres soldados, con las que se intentan paliar los efectos de la rápida incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas y hacer frete a las disfunciones que han surgido en la convivencia diaria entre hombres y mujeres en el seno de los Ejércitos, según informa Defensa.

En el caso concreto de la uniformidad, lo que se hizo en un primer momento fue vestir a la mujer con los mismos uniformes que ya utilizaban los hombres con anterioridad. La práctica demostró lo inconveniente de esta medida, ya que la fisonomía masculina y la femenina son claramente diferentes.

No obstante, a la espera de que se apruebe una norma general para tdas las mujeres militares, existen distintas normas que regulan en cada Ejército su uniformidad. Con ello, se pretende clarificarlas y unificarlas.

En dichas normas se especifica, por ejemplo, que deben llevar el pelo recogido o corto a la altura del borde del cuello. Respecto a las joyas, la norma tácita es permitir lo que se llaman pendientes "reglamentarios", es decir, que no sobrepasen el lóbulo de la oreja, la alianza o anillo de compromiso y algunas pulseras sencillas. Respecto a la presencia pesonal sólo se pide discreción.