Según CEACCU, los incendios forestales, el incremento del consumo de agua -para riegos y piscinas-, la repoblación de áreas rurales o el mayor uso de zonas naturales protegidas son algunos de los impactos sobre el medioambiente más cómunes en verano.

El decálogo recomienda no dejar en el campo vidrios o obetos metálicos que pueden hacer de efecto lupa y provocar un incendio, evitar el derroche de agua, y no dificultar su depuración, evitando verter en los desagües de los WC aceites, pinturas, disolventes, tampones u otros desechos.

Otras recomendaciones son regar los jardines al amanecer o anochecer, no abusar del uso del aire acondicionado y evitar comprar marfil, corales y caparazones de tortuga en los viajes exóticos.

Para las salidas al campo, sugieren enterrar los restos de materia orgánica, o tirar basuras y fomentar la educación medioambiental.