La Permanente de la Comisión Ejecutiva del PSOE dedicó buena parte de su reunión de hoy al debate sobre el estado de la nación, sobre el que se ha producido un análisis por parte de José Borrell. En la rueda de pensa posterior, Rubalcaba se mostró hermético sobre las líneas de la intervención de mañana del portavoz socialista, que hará hincapié en los temas que domina más. Justificó ese silencio en que "no hay partido que un día antes diga de que va a hablar, para no dar ninguna pista al adversario".

Rubalcaba ve en las acusaciones contra Borrell de miembros del Ejecutivo "un nerviosismo por parte del Gobierno, que probablemente es comprensible. Yo creo que las encuestas empiezan a cambiar de signo, probablemnte porque el Partido Socialista ha sabido reparar sus averías y poner en marcha una iniciativa política -las elecciones primarias- que tiene el sentido fundamental de conectar otra vez al partido con los ciudadanos".

Por el contrario, agregó que "el Partido Popular, henchido de autosatisfacción con esto de 'España va bien' aparace ya como un proyecto viejo después de dos años de gobierno. Es un partido caduco que no genera ilusión".

Opinó que "eso preocupa lógicamente al presidente del Gobiernoa sus vicepresidentes, que tratan de situar el debate donde no hay que situarlo. El debate del estado de la nación es un examen del señor Aznar y de su política, no del señor Borrell, que es justamente quien tiene que examinar al señor Aznar".

"Yo, si fuera Aznar, estaría preocupado, porque si pierde el debate, y lo va a perder, tendrá una situación incómoda", afirmó Rubalcaba.

Finalmente, sobre el desarrollo del debate, señaló que corresponde al presidente del Gobierno decidir si responde uno pr uno a los portavoces de los partidos (lo que provocaría un debate cara a cara con Borrell) o hacerlo en conjunto. "El sabrá si se atrevé o no", concluyó Pérez Rubalcaba.