Los deaparecidos son el teniente Antonio Naranjo Soler, de la Escuela de Buceo de Madrid, y el guardia Antonio Sánchez López Guijarro, del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Subcomandancia de Guipúzcoa.

Pese al esfuerzo de los espeleo-buceadores encargados de la búsqueda de los desaparecidos, que realizan diversas inmersiones al día en la cueva, no hay rastro del teniente Antonio Naranjo y del guardia Antonio Sánchez. Los especialistas han recorrido gran parte de las galerías de la cueva.

Desde el principio de la búsqueda, el lodo disuelto en el agua ha dificultado las tareas de rescate, ya que impide la visibilidad de los buceadores, si bien desde hace dos semanas se procede a arrojar al agua cloruro de magnesio, con lo que la visión ha mejorado en la galería principal, pero no lo suficiente para el reconocimiento profundo que se pretende hacer.

La búsqueda de los dos buceadores de la Guardia Civil, uno murciano y otro aragonés, se está realizando bajo la dirección del Centro de Buceode la Armada, cuyos submarinistas realizan labores de apoyo. También participan miembros del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil, cuerpo al que pertenecen los desaparecidos.

Conforme pasan los días, la esperanza de encontrarlos con vida disminuye, aunque las fuentes consultadas reiteraron que en el interior de la cueva existen zonas con bolsas de aire y fuentes de agua potable. Una de las posibilidades que no se descarta es que las víctimas se encuentren en una de estas bolss, donde la temperatura puede alcanzar los 30 grados.

Según los expertos, la Cueva del Agua, catalogada como una de las más peligrosas de Europa, está totalmente sembrada de galerías que nunca han sido exploradas y cuya profundidad se desconoce.

Los equipos de rescate están conectados por un cabo-guía con tierra donde se encuentra todo el grueso del operativo dirigiendo la búsqueda. Por otra parte, se suministra oxígeno a los buceadores desde la entrada de la cueva y mediante micrófonos se está e permanente contacto con ellos.

La desaparición de los dos agentes se produjo sobre las 9,30 horas del pasado día 29 de marzo, aunque no fue denunciada hasta dos horas después, en que comenzaron las labores de búsqueda. Los desaparecidos formaban parte de un grupo de 60 guardias civiles que se encontraban en Mazarrón para realizar prácticas de submarinismo.