Campuzano declaró a Servimedia que "es una excelente noticia que finalmente las pretensiones del Gobierno español de castigar a los países pobres no hayan prosperado, y se haya llegado al acuerdo de facilitar y estimular la cooperación con los países pobres para gestionar conjuntamente los flujos migratorios".

"La actitud de Suecia y de Francia en este sentido ha sido importante, y el conjunto de los europeos la debemos valrar en sentido positivo, porque las propuestas que planteaba el Gobierno español eran una solemne tontería, no hubiesen servido absolutamente para nada", indicó.

En su opinión, "el Gobierno hace demasiada propaganda y debería hacer más política, menos discursos y más hechos. Uno de los riesgos es que en Sevilla se haya dado más retórica que concreciones y realidades, y en materia de inmigración conviene menos hablar de cara a la galería y más tomar las medidas que se deben tomar".

Otro de los "elmentos críticos" de esta cumbre, añadió, es que "Sevilla se ha focalizado demasiado en los elementos de control de la inmigración, y nos conviene una visión mucho más amplia del fenómeno migratorio, que combine los aspectos de lucha contra la inmigración ilegal con los de cooperación con los países de origen y políticas de acogida de la inmigración, y eso ha faltado en Sevilla".

No obstante, indicó que "hay un punto positivo, y es que la Unión Europea se tome en serio las cuestiones de inmigración, pus desde el año 1999, a raiz de la Cumbre de Tampere, hay un mandato en este sentido que hasta ahora no se ha desarrollado, por culpa de los Estados de la UE; y Sevilla va a suponer un mayor compromiso para ponerlos en marcha".