La intervención sobre estos legajos, realizada en los talleres del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) durante dos meses y medio, se incluye dentro del programa de actividades organizadas por la Junta con motivo de la conmemoración del cuarto centenario de la publicación del Quijote.

Los documentos son tres escrituras notariales, fechadas entre 1589 y 1593, que revelan diferentes aspectos de la vida laboral y privada del Miguel de Cervantes.

Entre estos manuscritos ha tenido especial relevancia el descubrimiento de uno de ellos, hasta ahora inédito, en el que Cervantes reconoce una deuda de 50 reales contraída en Ecija con Gonzalo de Aguilar, que ya había fallecido, y la obligación de pagar dicha cuantía a Hernando de Silva, albacea testamentario de su acreedor, para lo que cuenta una vez más con su amigo Tomás Gutiérrez como fiador.

MALA CONSERVACION

Un primer análisis de los manuscritos determinó el precario estado de conservación que presentaban, con arrugas en el soporte, desgarros y suciedad superficial, además de grandes manchas de diversa naturaleza.

A ello se sumaba la existencia de lagunas en el propio texto debido a la corrosión del papel en algunas zonas provocada por la composición metaloácida de las tintas originales empleadas.

Una vez establecido el diagnóstico, se comenzó la intervención propiamente dicha con la aplicación de los correspondientes tratamientos de limpieza y desinfección, fijación de los soportes, apresto, laminación mecánica de las hojas con corrosión y cosido de éstas. Por último, se fabricó una funda de protección para la mejor conservación de los legajos.

Con estos trabajos de restauración los técnicos del IAPH han conseguido neutralizar la acción degradante de determinados agentes y mejorar la legibilidad de las escrituras seriamente dañadas. Los documentos se exhiben hasta el 15 de diciembre en la exposición Cervantes en Sevilla, que acoge el Archivo Histórico Provincial.