Lo hizo durante la reunión que mantuvo con el consejero de Cultura y Política Lingüística del País Vasco, Bingen Zupiria, en la sede del Gobierno vasco en San Sebastián antes de participar en el acto de homenaje al escultor Eduardo Chillida (1924-2002) con motivo del centenario de su nacimiento, según informó Cultura.

La restauración del Alto Horno de Sestao tiene lugar en el marco del Plan Nacional del Patrimonio Industrial y forma parte del interés del Ministerio de Cultura por “la protección, conservación y difusión del patrimonio industrial del País Vasco”.

Las obras de esta última fase suponen la culminación de la restauración del Alto Horno, afectado por la corrosión de los elementos metálicos, el vandalismo y el expolio de algunas piezas. Entre otras labores, se llevará a cabo la consolidación de la casa de máquinas, donde se reconstruirán el cerramiento y la carpintería, y se repondrán la pintura de protección y elementos como las estufas y la chimenea.

Previamente, se hizo necesario intervenir la estructura del conjunto del ascensor para restablecer la comunicación vertical. Para ello, Cultura incluyó en los Presupuestos Generales del Estado de 2022 y 2023 una subvención nominativa al Ayuntamiento de Sestao, por un importe de 500.000 euros.

Al término de la tercera fase, la inversión total de Cultura en la restauración del Alto Horno ascenderá a 6,5 millones de euros.

El Alto Horno de Sestao es un testimonio de primer orden en la historia de la siderurgia en España, siendo el protagonista del paisaje de la margen izquierda de la Ría. El horno número uno es el único que se conserva de los tres que conformaron el conjunto. Se encendió en 1959 y funcionó durante más de 35 años, hasta su apagado en 1995. Su gestión corría a cargo de Altos Hornos de Vizcaya, fruto de la fusión en 1901 de tres empresas: Altos Hornos de Bilbao, La Vizcaya y La Iberia.