En declaraciones a Servimedia, Martínez manifestó que la visita del Pontífice "ha sido un enorme acto de propaganda turística para la isla, en el buen sentido", y un "espaldarazo" que contribuirá a eliminar las reticencias que un sector de la población española pueda tener hacia los cubanos.

A su juicio, ese sector que pudiera tener reticencias políticas se habrá dado cuenta de que en Cuba "la gente no tiene ni rabos ni cuernos, sino que son gente normal y corriente que da vivas al Papa ya la libertad".

Precisó que, sin embargo, no se ha apreciado una mayor demanda de viajes durante la visita del Papa, excepto, según sus informaciones, por parte de exiliados cubanos en Estados Unidos y en España que se han acogido a medidas de flexibilidad del Gobierno cubano y han aprovechado para ver a sus familias.

Martínez Millán aclaró que no sabe si la presencia del Papa contribuirá o no a liberalizar el régimen castrista, pero sí está convencido de que la clientela más remisa a viajar a Cua se preguntará ahora "si va el Papa, ¿por qué no voy a ir yo?".

Señaló que, pese a todo, tiene la impresión de que las agencias no van a utilizar la imagen del Papa para captar nuevos clientes con destino a Cuba, porque "es innecesario recordarle a nadie que el Pontífice ha estado allí".