El CSN contestaba así a una información publicada hoy por la prensa que revelaba que se habían encontrado corrosiones de origen desconocido en esta planta.

Según el CSN, el titular de Ascó (propiedad de Endesa) contrató al Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) para que realizara las investigación físico-química de las partículas radiactivas.

En septiembre de 2008 el titular remitió al CSN un informe preliminar en el que se adelantaban los resultados parciales de los análisis de diversas muestras recogidas en el emplazamiento de la central fuera de los edificios y de muestras recogidas en el interior de los conductos del sistema de ventilación del edificio de combustible.

Las muestras fueron examinadas y el informe identificaba que en muchas de las muestras recogidas en el exterior se detectaba la presencia de plomo. El plomo es un metal presente en los combustibles fósiles utilizados en la industria y el transporte hasta que las normas medioambientales fueron eliminando su presencia en los mismos.

Por ello, en todas las zonas con actividad industrial o transporte antiguas, hay depósitos de plomo en el suelo, particularmente en las ciudades o zonas con gran actividad industrial, vías de comunicación, zonas en que se ha utilizado maquinaria pesada para movimiento de tierras o construcción.

El plomo es una material utilizado como blindaje contra las radiaciones ionizantes en las instalaciones nucleares y radiactivas. Sin embargo, no se espera la presencia de plomo en el circuito primario de una central nuclear. El CSN apunta que las guías de vigilancia química de circuitos en centrales nucleares, que vigilan todos los contaminantes químicos que pueden dañar a los materiales provocando o acelerando su corrosión, no le dan prioridad al plomo por su baja significación como agente corrosivo.

Ante ello, el CSN concluye que en todas las inspecciones realizadas "no se ha detectado agrietamiento alguno por este fenómeno en ningún otro componente de esta central".