En un comunicado escrito en términos muy duros, el sindicato asegura que los sucesos sobre irregularidades cometidas por altos cargos de Hacienda en Cataluña "ponen en evidencia la falta de mecanismos de supervisión y control sobre la labor que se desarrolla en puestos de máxima responsabilidad en la lucha contra el fraude fiscal, y que por su naturaleza son muy permeables a la corrupción". En su opinión, la "incompetencia e inoperancia" de los servicios de auditoría interna de la Agencia "está rayana en la connivencia y la permisividad".

Como consecuencia, se da la situación "paradójica e injusta" de que "es más fácil la evasión fiscal de 1.000 millones de pesetas que un exceso de 5.000 pesetas en la declaración del IRPF de un pequeño contribuyente".

Para CSI-CSIF, los sucesos de Cataluña "atentan gravemente contra los principios mismos de solidaridad e igualdad de los ciudadans antes la ley y afectan gravemente a la credibilidad de la Agencia Tributaria".

El origen del problema, a su juicio, está en la creación de unidades de funcionarios de élite muy bien retribuidos y dotados de los medios más modernos, sin establecer sistemas eficaces de seguridad y control interna que permitan vigilar su comportamiento.

Al mismo tiempo, la central sindical añade que es "lamentable y contradictorio" observar cómo la auditoría interna "se ensaña" con los funcionarios de nivel más bao, "a los que se vigila con métodos policiales llegando a entrar en la esfera de la vida privada por cuestiones disciplinarias de carácter menor".

A su juicio, es indispensable establecer un auténtico mecanismo de control que prevenga posibles conductas irregulares, garantice la adecuada asistencia a los contribuyentes, salvaguarde la aparación de abusos e impida un uso fraudulento de información.