Durante las últimas semanas, la crisis humanitaria en la Provincia de la Frontera Noroccidental (Pakistán) ha obligado a dos millones de personas a huir de sus hogares, aunque decenas de miles de civiles se han quedado atrapados en las zonas más afectadas por los combates.

Unas 120.000 personas desplazadas viven en campamentos, pero la mayoría se ha refugiado en casa de familias de acogida, en alojamientos de alquiler y en refugios improvisados por todo Pakistán.

El jefe de la delegación del CICR en Pakistán, Pascal Cuttat, destacó que esta entidad es "la única organización humanitaria importante que presta asistencia a los civiles que viven en Swat, Dir y Buner, donde se han librado enconados combates".

La Media Luna Roja de Pakistán y el CICR trabajarán en el restablecimiento del contacto entre familiares en los campamentos para desplazados y prestarán apoyo a los centros de atención de salud que difícilmente pueden afrontar la afluencia de las personas desplazadas.

El CICR también fortalecerá la capacidad de su hospital quirúrgico en Peshawar y, dada la afluencia de heridos en la zona, tiene previsto establecer un centro similar en Quetta.

Tras el llamamiento de hoy, el presupuesto del CICR para sus actividades en Pakistán asciende a más de 90 millones de francos suizos (casi 60 millones de euros), de manera que es la tercera operación de mayor envergadura que esta institución realiza en el mundo.